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Cuaresma: cuarenta pasos hasta la Pascua

CUARESMA…Cuarenta días que nos preparan para la celebración de la Santa Pascua. El número cuarenta aparece varias veces en las Sagradas Escrituras y recuerda los cuarenta años en los que el pueblo de Israel peregrinó en el desierto. Cuarenta fueron también los días de camino del profeta Elías para alcanzar el Monte de Dios, el Horeb, como también el periodo que Jesús pasó en el desierto antes de iniciar su vida pública.

CUARESMA… Comienza el MIÉRCOLES DE CENIZA: ese día el sacerdote bendice e impone las cenizas hechas de las palmas bendecidas en el Domingo de Ramos del año anterior. Ceniza como signo de humildad.

  • -” Acuérdate que eres polvo y en polvo te convertirás
  • -” Conviértete y cree en el Evangelio”

CUARESMA… Tiempo que los cristianos nos damos para “refrescar” nuestra fe, necesitamos reciclaje. Es un tiempo de mejora personal.

CUARESMA… Tiempo de particular esfuerzo en nuestro camino espiritual.

CUARESMA…Tiempo de conversión y ésta es posible si cambio de vida.

CUARESMA…Tiempo de volver a fluir en Dios, de convertirse, de seguir a Jesús de modo que su Evangelio sea guía concreta de la vida.

CUARESMA…Tiempo de dejar que Dios nos transforme, de dejar de pensar que somos nosotros los únicos constructores de nuestra existencia, de reconocer que somos criaturas, que dependemos de Él.

CUARESMA…. Tiempo de mirar a los crucificados de la tierra, de obras de misericordia

CUARESMA… Tiempo de seguir a Jesús y que su Evangelio sea guía concreta de la vida.

CUARESMA… Tiempo de reconciliarse con Dios a través del sacramento de la reconciliación (confesión) y de prácticas espirituales como el ayuno (aquello que nos hace daño y de lo que nos podemos despojar), la oración (tiempo de encuentro explícito e implícito con Dios) y la abstinencia (obviar las cosas que nos separan del corazón del Evangelio, simbolizada en la carne).

CUARESMA… Tiempo de ser más nosotros mismos, ser mejores personas y mejores creyentes. Ser más lo que podemos ser, ser como el Evangelio nos pide.

El Evangelio del primer domingo de cuaresma nos dice: “No solo de pan vive el hombre” (MT4,4).

  • Vivir solo de pan es una tentación.
  • Vivir solo de cosas es una asfixia. Hay personas que viven alimentándose solo de cosas. No sienten sed de más. Con lo que tienen, con sus cosas, “tienen la vida arreglada”
  • El problema es que hay que sentir sed para apagar la sed.
  • Sin sentir sed no se va a buscar agua

Que el Espíritu de Dios nos dé fuerzas para caminar y que nos dé sed para acudir siempre al Pozo de agua viva.

Encontrarnos con Él será siempre una alegría que nos hará saltar de júbilo.